“No me vas a creer el bad beat que me acaban de meter…”
Si, te lo creo. Ya los he sufrido todos y la mayoría de ellos, más de una vez. El poker es, a largo plazo, un juego de habilidad, pero también es un juego de suerte en el corto plazo. Y así como la mala suerte llega en distintas formas – manos iníciales horribles, ligar un par de Reyes y un rival un par de Ases– la peor situación de todas es, sin dudas, el bad beat.
“Un fish se jugó all-in con un par bajo y metió un color runner runner ganándole a mi trío…”
“El idiota pagó mi raise con Q-3, me pagó nuevamente en el flop y luego metió un 3 en el turn y otro en el river ganándole a mi par de Ases…”
Si has jugado más de 10 minutos de poker, estarás familiarizado con estas frases. Los bad beats son inevitables, vienen con el juego. La clave, por ende, es tratar de no cambiar tu estrategia cuando recibes uno.
Una vez escuché una historia acerca de Johnny Moss, quien le contaba irritado a su mujer sobre un bad beat que había sufrido. Ella le contestó: “Ya estoy cansada de escuchar sobre bad beats que has sufrido”, “Porque no me cuentas los bad beats que has hecho padecer a otros?”.
Johnny respondió “Porque nunca pongo mis fichas en el centro cuando voy perdiendo una mano”.
Para sufrir un bad beat, debe haber ocurrido que tu rival haya arriesgado sus fichas en una situación donde era un gran perdedor. En otras palabras, has jugado bien. Mientras mejor juegues, más situaciones desfavorables crearás para tus rivales. Cuando juegues muy bien, cada vez que pierdas será por un bad beat.
Online sufrirás mas bad beats que jugando en vivo. No es porque las salas estén arregladas, o porque tus rivales sepan que cartas van a salir. El motivo es que jugaras muchísimas manos más que en un juego en vivo en el mismo periodo de tiempo. Si sufres un bad beat en un casino, tienes al menos 2 minutos para tranquilizarte mientras el dealer agarra las cartas, mezcla y reparte. Esto no sucede online, debido a la rapidez del sistema.
La velocidad puede ser buena y mala a la vez. A favor digamos que no tienes tiempo de quejarte del bad beat ya que en segundos tienes otra mano que jugar. Lo negativo es que no hay tiempo de procesar el bad beat, aceptarlo y continuar.
Sin embargo, la mayoría de los bad beats no son tan malos como proclamas. En principio, ninguna mano inicial es invencible y la mayoría son más vulnerables de lo que piensas. Por ejemplo, A-K se impone sobre 7-2 offsuit sólo dos de cada tres veces. Por lo que se supone que pierdas esas confrontaciones de vez en cuando.
Si bien estarás tentado a increpar al causante de tu bad beat y preguntarle porque juega tan mal, tú ya sabes la respuesta. Y esta es que quieres que juegue mal.
Quieres que te paguen tus apuestas cuando vas ganando. Si no lo hacen la única manera de ganar seria con un bluff o ligando mejores cartas que el rival.
Escrito por Scott Fischman en su libro Online Ace.
Saludos y suerte en las mesas.